** La vía del olvido
No es nada fácil subirse a un destartalado y sucio tren sabiendo que vas a emprender un viaje a un lugar desconocido. Para subirse a este tren hay que estar un poco desesperado. No estoy acostumbrado a viajar solo, no me gusta. En esta ocasión tiene que ser así. Todos los demás pasajeros también viajan solos. La vía del olvido tiene muchos túneles, muchas curvas.
Estamos atravesando un paraje desértico. Uno tras otro van pasando ante mis ojos paisajes de tierra árida y naturaleza muerta. Nadie habla con nadie. Viajamos en silencio. Cierro los ojos, no soy capaz de dormir pero intento evadirme un poco. Paso varias horas así, en un estado de duermevela, bastante angustiado, muy triste, hasta que un sobresalto me devuelve a la realidad.
El tren ha llegado a su destino, una antigua estación abandonada en medio de la nada. Me sorprende el paisaje, bosque frondoso, abundante vegetación, humedad, calor, mucho calor. Parece que estuviera en el Amazonas. No lo entiendo, miro el reloj. Incrédulo, vuelvo a mirar el reloj y me concentro en la aguja de los segundos. Sí, el reloj funciona, pero cómo es posible que en poco más de 5 horas aquel paisaje desértico haya dado paso a esta exuberante vegetación. No lo entiendo, no entiendo nada. No sé porqué se me ocurrió venir aquí, no sé por qué me fío de lo que me pone el horóscopo de El Correo Gallego. Creo que voy a perder el tiempo.
UN RELATO ESCRITO POR: Alvariño
Colaborador habitual de A Lareira Máxica
4 comentarios feitos. Deixa o teu!!!!! :
A veces se hacen cosas sin saber muy bien por qué. Es difícil que esas decisiones traigan cosas buenas, pero forman parte del juego, supongo.
Un relato ciertamente evocador.
Un abrazo zurdo
Gracias "Alvariño". Excelente relato éste da vía do olvido que ademais encerra un alegato á amizade que, como sabes, me encanta.
Me encantan tus relatos Alvariño, a veces uno incluso se llega a identificar con ellos.
Los trenes y sus vías nos llevan a viajes solitarios del alma.
Antonio
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